No quiero hablar de mis superpoderes mayas esta vez, sino que contentarme con relatar, ya que hace aproximadamente 10 años, tuve un sueño, demasiado detallado, con demasiadas interpretaciones, una carga emocional enorme, y sin embargo sucedió inesperadamente.
El sueño parte en la casa de una gran amiga, su casa es de un piso, con un patio angosto, al igual que la entrada, con una reja alta de metal. Al acercarme a su casa, para un supuesto «carrete», veo la casa desde fuera, pero no tenía cortinas, ni muebles, y estaba enteramente pintada de blanco por dentro. Al entrar a la casa el patio se había vuelto de tierra y habían muchos niños pequeños jugando, más de la mitad lloraba y causaban un gran alboroto. Su abuela (que en paz descanse) estaba al pie de una bicicleta que parecía moderna, pero estaba oxidada y desgastada, le habían arrojado huevos crudos a los rayos y ella se estaba cuestionando quién había sido, mientras ella conversaba con alguien que no recuerdo. En ese momento, miro hacia un portón de madera que se adentraba en el pequeño patio que parecía haber adquirido considerables metros de espacio a lo ancho, muy viejo y algo maltrecho, y a travéz de un espacio entre la tierra (que ya era barro) y las maderas rotas de ese espacio, se deslizaba una guagua por un desnivel en ese lugar (en la realidad inexistente), riéndose a carcajadas y sólo en pañal.
Lo tomo en brazos y en ese minuto pensé: «es de la vecina», así es que entré a la casa de mi amiga, esperando encontrarla para que me ayudara a buscar a la supuesta madre de esta guagua. Al entrar, encuentro en esta casa desamoblada y de un blanco casi molesto a antiguos amigos que aparentemente sólo circulaban algo cabisbajos, preguntaba por mi amiga y me contestaban que había salido por un momento, y como la supuesta madre vivía en la casa de al frente, pensé en salir a buscarla.
Al salir por la puerta, los niños ahora más grandes, seguían jugando, pero eran menos y curiosamente aparecían 3 escalones desde el patio hasta la salida de la reja. Cuando me dispuse a subir el primero de los 3 pequeños escalones, la guagua me párecía que pesaba como 60 kilos y me costaba mantenerme en pie, pero después de un gran esfuerzo físico lograba subirlo, el segundo escalón era casi el mismo esfuerzo o más, pero estaba preparada ya para afrontar esa dificultad, pero el tercer escalón, me desequilibró de tal forma, que me comencé a ir hacia atrás, algo en mi sub-subconciente me insinuó que si soltaba esa guagua podría subir, pero en ese instante ví de reojo un fierro que sostenía la reja que estaba cerca a mi costado derecho, lo afirmé y con los ojos cerrados por miedo a caerme subí el último escalón, el cual después de afirmarme pareció ser tan fácil de subir como se veía a simple vista, a la vez que la guagua, volvía a ser liviana como un papel.
Iba a la casa de la vecina, pero ella no se encontraba en el lugar, entonces comienza la odisea para encontrarla. Era de noche y comienzo a caminar con la guagua en mi brazo izquierdo como si mientras yo caminaba se achicaba para hacerlo más fácil, y de pronto me veo subiendo unos cerros, que yo asocié con «los presidentes» una población de cerrillos que estaba muy cerca del liceo al que yo iba en esa época, en la estación central, que es algo similar a los cerros pobres de valparaíso, entonces comenzaba a subir y no se por qué motivo, no podía hacerlo caminando, entonces me comenzaba a arrastrar a lo «punta y codo» en este cerro en subida, con la guagua apoyada en mi antebrazo izquierdo, por los antejardines de las casas, ya que no había vereda fuera de la calle.
En esta posición voy avanzando cuando uno de los antejardines estaba enbaldosado (no sé si se escribe así), y luego de avanzar el trecho de baldosas me resbalaba hacia atrás con un estallido de risas de parte mía, que me impedía afirmarme como correspondía, además había un señor afirmado en la puerta de esa casa que me observaba con cara de «¿por qué esta loca no camina?», situación que me hacía reirme con más fuerza y volver a descender. Se repitió aproximadamente unas 4 veces, hasta que retomaba las fuerzas para sofocar la risa y subir al fin ese pequeño trozo de jardín de baldosas.
Luego de eso, continuaba subiendo y escucho música a lo lejos, me levanto para ver que era, cruzo el pasaje y había una especie de quebrada, que terminaba en el legendario pub «lican ray» que quedaba cerca del paradero 15 de pajaritos, con luces de neón y escándalo, entonces escuchaba a mis amigas reírse y pensaba en ir a «visitarlas», pero mis sub-subconciente, me decía que mi amiga que buscaba no estaba ahí, miraba a la guagua y me devolvía para seguir avanzando «punta y codo» el cerro.
Cuando estoy llegando a la cima del cerro, hay una niña muy pequeña, como de unos 6 años vestida entera de blanco, como si fuera a un bautizo, con lazos blancos en su vestido y todo, pelo largo rubio y muy crespo, que vivía en una casita destartalada, a simple vista muuuuy pobre y estaba tendiendo ropa de un gran fuentón, situación que yo veía muy injusta para ser tan pequeña, en ese instante ella me mira, se ríe y me tiende su manito, me ayuda a levantarme como si yo misma no pesara nada, me indica hacia una reja de maderas circulares, bajita sobre el cuál había un parrón, era como bien silvestre el lugar, pero pese a la pobreza era demasiado lindo, y me dice: «allá están», en eso su mamá la llama enfurecida, amenazándola con pegarle y le dije que me esperara, pero ella sale corriendo y me dice que no, y se me pierde.
Cuando cruzo el portón, literalmente en la punta del cerro, había una casa enorme y hermosa, toda de madera como hecha para verse rústica, y en la puerta de, iba entrando mucha gente, cuando paso por la puerta estaba mi hermana en la entrada como recibiendo a la gente, en un comedor en la primera parte de la casa estaba la mitad de mi familia, pero sólo las mujeres, mi mamá, mi abuela, una tía política, una tía abuela, mi Tita, que algún día les contaré de esta extraordinaria mujer, mi vecina de santiago desde que yo tenía uso de razón, y otra vecina que me extrañaba mucho que estuviera allí. Estas personas no tienen relación en cuanto a mis afectos ni nada por el estilo, de hecho me extrañaba la presencia de varias de ellas en ese lugar que supuestamente era mi casa, por estas aclaraciones extrañas que hace dentro del sueño el sub-subconciente, y pese a que no encontraba ni a mi muy amiga, ni a su vecina, había logrado llegar al lugar que se supone que debía llegar, pese a que no lo había planeado de esa forma. Al entrar ya no tenía la guagua en brazos, pero yo sabía que la guagua estaba en «mi casa». Mientras yo la recorría, veía distintas habitaciones y me llamaba la atención un baño pequeño que vi de reojo al pasar, sin ningún adorno ni cortinas de ningún tipo, pero alcanzaba a ver que la tina que había en este pequeño espacio tenía agua barrosa, y me devolvía a mirar inmediatamente, entraba al baño para observar la tina y estaba vacía, pero con tierra seca al rededor. Después de eso me llamaban a una pieza enorme que tenía chimenea, la cual estaba encendida y sobre ella había una reliquia como en una especie de cajón de vidrio y era un violín de oro, que yo obviamente me acercaba a tomar y a mirar, y alguien se ríe y me dice «¡pero si es tuyo!», por mi temor a hacerle algún daño o a romper la cubierta de vidrio y mi sueño terminaba abruptamente.
Ahora, en ese momento nunca lo relacioné con nada realmente personal, todo lo creí circunstancial, pero aproximadamente al año siguiente me quedé embarazada, a los 16 años, situación que para una persona con exceso de inmaduréz y en plena adolescencia en que uno tiende a ser algo egoísta en las decisiones de vida, fué bastante complicado.
Ahora me encuentro estudiando en Valparaíso, mi hijo está a punto de cumplir nueve años y muchas cosas que han sucedido a lo largo de este período me hacen recordar a cada rato este sueño, que parece irse desarrollando exactamente en la misma forma y orden en nuestras vidas actualmente.
Muchas personas pueden decir que estos sueños son circunstanciales, pero me acuerdo nítidamente de todos los detalles y cada uno le puede dar la interpretación que más estime conveniente, pero este sueño en particular se volvió como una especie de diario de vida previa a vivirla.
El sueño es algo bizarro y a la vez hermoso, en cuanto al desarrollo, pero cada decisión que he tomado parece ir de la mano, por incoherente y descabellado que en el momento parezcan ciertas decisiones mías, van siguiendo esta continuidad, este vistazo a lo que sería mi vida, que algo o alguien consideró conveniente mostrarme a los 15 años.
En fin, un post muy largo, pero era necesario, para describir completamente esta vivencia. ¡Gracias por los comentarios!